Hace años fui con una amiga a un concierto de los Blasters. Era en un bar que de noche se llena de chavales que bailan pachanga pero que curiosamente suele tener una buena programación de directos.
El público, mayoritariamente rockabilly, escuchaba atento mientras mi amiga y yo nos dedicábamos a beber una cerveza tras otra y a bailar como posesos (bueno, ella bailaba, falda al viento, yo no sé muy bien lo que hacía).
Viendo el escaso apasionamiento del público mi amiga preguntó a uno de los rockabillys, después de casi chocar con él en una de sus piruetas, si acaso no les gustaba el grupo. Él la miró muy serio y por respuesta se abrió la camisa para que viéramos en su pecho un tatuaje de unos quince centímetros con el jeto de Phil Alvin.
Para los amantes de las noches oscuras:
El público, mayoritariamente rockabilly, escuchaba atento mientras mi amiga y yo nos dedicábamos a beber una cerveza tras otra y a bailar como posesos (bueno, ella bailaba, falda al viento, yo no sé muy bien lo que hacía).
Viendo el escaso apasionamiento del público mi amiga preguntó a uno de los rockabillys, después de casi chocar con él en una de sus piruetas, si acaso no les gustaba el grupo. Él la miró muy serio y por respuesta se abrió la camisa para que viéramos en su pecho un tatuaje de unos quince centímetros con el jeto de Phil Alvin.
Para los amantes de las noches oscuras: