lunes, 30 de abril de 2012

Tralarí Ulurú


En medio del desierto rojo australiano (que son en realidad varios desiertos diferentes) hay un pedrusco bastante conocido y venerado. Se trata de Ulurú (AKA Ayers Rock) que se levanta más de 300 metros sobre la meseta (cerca de 900 sobre el nivel del mar) y tiene un contorno cercano a los 10 kilómetros.


El monolito, uno de los más grandes del mundo, tiene algo místico e hipnótico: su color rojizo y cambiante, sus ondulaciones por las que corre el viento, los pájaros que cantan al amanecer... aunque en el fondo sea una piedra muy grande, merece su fama, también, decir que es una piedra grande es una simplificación un tanto burda, como sostener que un ferrari es un coche algo más caro de lo normal o que Adriana Lima se parece a una vecina tuya.



 Hay acacias y alguna florecilla: 


Tiene lugares sagrados de curioso nombre como éste:


La ascensión está aún permitida, si bien, la desaconsejan las autoridades por el riesgo que entraña la ascensión (han muerto 35 personas en el intento), los ecologistas porque la gente micciona en la cumbre y contamina las aguas estancadas (también con el sudor), y por los aborígenes, para quienes se trata de un lugar sagrado.

Como goliardo no pude sino subir ante tanta advertencia, si bien, con cierto reparo por respeto a las creencias de los aborígenes. Al final me dije que tras una larga trayectoria renegando y mancillando las tradiciones y costumbres del cristianismo sería injusto con él mostrar tanto respeto por otras. Las vistas son impresionantes. Mi tío Matt, más prudente, se quedó abajo.


No muy lejos y en el mismo parque nacional está Kata Tjuta, también conocido como Monte Olga, merecedor de una visita y de un paseo por su valle de los vientos.




sábado, 28 de abril de 2012

Pecador sobresaliente

Lujuria
Gula
Avaricia
Pereza
Ira
Envidia
Soberbia

6,5/7 = 9,3/ 10

Un ejercicio interesante sería ordenarlos por orden de debilidad personal...




miércoles, 25 de abril de 2012

Enfermedades venéreas

En un teatro romano, quizá el de Mérida, una figura patética llora desconsoladamente frente a un muro, sus gritos son desgarradores.

Coro: Qué te ocurre, oh, Profesor Marmordo, ilustre goliardo, ¿qué te aflige de tal forma que tus lamentos se escuchan en los confines de la Tierra, (según nos comentan por facebook tus amigos de Tucson, Arizona)?

Profesor Marmordo: Me ha sucedido algo terrible. (El goliardo se dobla como si se fuera a partir y agarra su túnica a la altura de su pecho).

Coro: Cuéntanos, no te demores, hablar de las penas alivia hasta al más afligido.

Profesor Marmordo: Oh, amigos del coro, jamás lo comprenderíais. Vosotros sois gente higiénica, gente de bien y mayoritariamente monógama.

(El coro se gira para mirar hacia uno de sus miembros).

Profesor Marmordo: Sí, lo sé, con la notoria excepción de Trúculo, gran aficionado a las orgías y el intercambio de parejas con matures y enanos de por medio.

Coro: Explícanos Marmordo, arroja luz sobre nuestra ignorancia.

Profesor Marmordo: Veréis. Durante la adolescencia el proyecto de macho humano dedica la mayor parte de sus pensamientos y energías al sexo, está, como se suele decir, extremadamente salido y, cuando se aventura en una relación interpersonal lo suele hacer sin contención alguna.

Coro: Lo sabemos, Marmordo, fuimos cocineros antes que frailes.

Profesor Marmordo: Sabréis también, entonces, que su incontinencia y precipitación le llevan en no pocas ocasiones a intentar la penetración sin preservativo.

Coro: Nos resulta familiar eso que cuentas. ¿Cuál es el problema, Marmordo?

Profesor Marmordo: El problema es, ¡ay! (gime), que ahora me sucede lo contrario. ¡De unos meses acá, son ellas las que tratan de forzarme a metérsela a pelo!

Coro: ¿Y no debieras sentirte afortunado?

Profesor Marmordo: Debiera como goliardo, debiera por el adolescente que hay todavía en mí, pero no hago más que pensar en enfermedades venéreas: en hongos, sífilis, gonorrea, SIDA... y, aún peor, a veces pienso en pequeños marmorditos pululando por el mundo... Tales imágenes son fatales enemigas de la líbido.

Coro: Parece grave lo tuyo, Profesor Marmordo. ¿Qué dirá el resto de goliardos ante tal información? Puede que te consideren poco hombre.

Profesor Marmordo: Eso temo, buenos amigos del coro, ¿no soy en el fondo un gran amante del riesgo? ¿Qué debo hacer? ¿Sucumbir a los impulsos de mis fogosas amantes? ¿mantenerme firme? ... ¡Ay!

Coro: Terribles dilemas los tuyos, afamado goliardo. Pero has de tomar una decisión

Profesor Marmordo: Quizá debiera retirarme a un lugar reposado como monje zen hasta que aclare mis ideas.

Coro: ¿Sobrevivirás sin alcohol, drogas, mujeres y tabaco?

Profesor Marmordo: No lo creo, me llevaré un par de camiones cisterna de whisky y un tonel de Pueblo para apañarme la primera semana. Luego ya veré.



viernes, 20 de abril de 2012

Manías lingüísticas


Dr. Strangelove: Confesaré hoy que el anciano maniático y cascarrabias que hay en mí, aunque en líneas generales tolerante, siente un profundo rechazo al mal uso de la lengua y no solo me estoy refiriendo al sexo oral.

No es ningún secreto que se habla mal en este país y supongo que en muchos otros, que se cometen infinidad de errores gramaticales y lingüísticos incluso en medios y por parte de personas donde resulta intolerable. El lógico y hasta cierto punto admisible que se yerre en el habla cotidiana y todos podemos cometer algún fallo cuando escribimos, pero me cuesta tolerar la contumacia.

En muchas ocasiones se desconoce el error y hay gente que no se preocupa por estos temas, bien porque tiene cosas más importantes a las que dedicar su atención, bien porque busca la felicidad en la ignorancia, pero hay personas que pueden estar interesadas en mejorar su dominio del lenguaje y he aquí el motivo de la labor didáctica que acometo hoy, no de forma totalmente altruista pues hay errores que me provocan incluso dolor físico.

Uno de ellos, tan común como ignorado, es el uso del infinitivo en lugar del imperativo cuando se da una orden en segunda persona del plural. No se dice: “procrear y multipliaros” sino “procread y multiplicaos”, ni “marcharos a tomar por el culo” sino “marchaos a tomar por el culo”.

Sólo se admite este uso cuando el infinitivo va precedido de preposición en el habla coloquial, por ejemplo: “tú, a cascarla”. Y no se debe confundir lo anterior con el correcto uso del infinitivo en estructuras impersonales de indicaciones o recomendaciones del tipo “consumir preferentemente antes de...”, “no fumar crack”, etcétera.

Los escasos lectores de esta conjura pueden estar tranquilos, no tengo pensado inaugurar una sección del blog con disertaciones linguísticas, pero hoy me he levantado con ganas de tocar un poco los huev*s.

Y si hablamos de lengua es casi obligatorio aprovechar para poner algo de los Rolling:

martes, 17 de abril de 2012

Los goliardos ponen música a Spiz, de los Animales Muertos



Un joven en camisa de cuadros sentado tras una mesa pequeña y azul sostiene su despeinada cabeza entre las manos. Primer plano, la levanta con fatiga, irá por los veinticinco años pero aparenta más, mal afeitado, con ojeras y cara de exasperación.

Cambio de imagen. Vemos ahora un polvo blanquecino colocado en línea sobre un fondo verde oscuro. Se aleja la cámara y vemos que se trata de una pizarra portátil y, probablemente, tiza.

Un pequeño pie pisa la pizarra y la parte. La cámara sube y vemos en contrapicado a un vándalo de dos o tres años, con un peto vaquero y los brazos arriba, gimiendo, primer plano de su cara, alegría desbordante, mocos por doquier. Llega por detrás una niña que le agarra del pelo hasta tirarle, luego se arroja sobre él y se da con la cabeza en el suelo, los dos lloran.

Enfocamos a un infante que da patadas a una bola del mundo. Otro trata de quitársela y recibe una torpe patada en la espinilla. Sobre una mesa idéntica a la del profesor desquiciado, un churumbel de pelo rizoso salta sin dejar de reír.

Un zagal pasa corriendo, se detiene y se nos muestra su carita angelical. El pequeño diablo empieza a mover a cabeza de un lado a otro emitiendo un sonido indistinguible que retumba con la oscilación de sus papos mientras babea tres metros alrededor.

Una moñaca rubia tira del pantalón del maestro, que no reacciona. Vemos la guardería desde el techo, todo colores, griterío y movimiento.

Ahora una visión desde el suelo que nos muestre el caos infantil. Uno de los proyectos de Satán se dedica a arrojar todo lo que encuentra a su alrededor, incluyendo un muñeco de Hulk Hogan.

De nuevo el rostro del profesor, los ojos inyectados en sangre palpitan y parecen a punto de estallar en lágrimas. Encuadre de su mano, con un móvil, busca un teléfono, pasa por la a, la b, la c... hasta la h, donde dice Herodespiz, y luego: llamando...


martes, 10 de abril de 2012

Duda escatológica

¿Qué es preferible?

a) Dejar lo mejor de uno mismo en el inodoro del trabajo por su valor metafórico y por consumir tiempo de la jornada laboral.

b) Hacerlo en casa evitando encontrar deposiciones ajenas y pudiendo leer alguna revista o libro que amenicen tal menester.