Dr. Strangelove: Y lo peor es que no se tambalea porque vaya borracha, sino porque camina sin dirección. Como el goliardo más "responsable" y de más edad, me siento obligado a dar un toque de atención a mis compañeros y amigos. Hace unos días se cuestionaban los difusos objetivos de esta conjura y, en efecto, parece que los goliardos están especialmente dispersos en estos días de verano y temo que hayan perdido irremisiblemente el Norte.
Después de varios meses de frenética actividad etílica y erótico sentimental, nuestro anfitrión
Lobo de Bar ha estado una semana entera prácticamente sin salir y, agravando esta circunstancia, ha dedicado el fin de semana a hacer deporte. Trata de justificarse con eso de "una vez al año..." pero a mí no me vale. Un buen goliardo no puede dejar el alcohol una semana entera y sólo ve deporte en la tele y de lejos, el único que puede practicar por sí mismo es el levantamiento de botella mágnum de oporto.
El
Profesor Marmordo sigue leyendo libros raros refugiado en el burdel que parece finalmente ser real y no metafórico, pues ha llegado a correr el rumor de que anda enamorado de una fulana de tendencias románticas que utiliza "Jarifa" como nombre de guerra.
El
Tío Matt, que aparece y desaparece como el Guadiana, casi sin haber contado nada de Argentina, está planeando una escapada a Canadá. Pero quien más me preocupa es
Hunter, ya que no tener noticias suyas estando infiltrado en el temible mundo de los negocios me hace temer lo peor.
Y hay mucha gente afín a la conjura que parece haber desaparecido. Así ocurre con los
amigos de Tucson, que hace tiempo que no nos informan sobre extraños acontecimientos del mundo exterior, o con
Ze Tubarao, al parecer inválido y perdido en las montañas, o
Túbal, también en las montañas y, encima, haciendo un montón de deporte, e incluso el
Sr. Chinaski, al que quizá encontremos después de su peligroso tour de fiestas populares veraniegas pidiendo en la puerta de alguna iglesia para comprar tetra bricks de Don Simón.
En estas circunstancias, están cobrando protagonismo el inescrutable lado femenino de la conjura, con
Elena y
Rouse al frente, el nefario
Baute y su repelente sonrisa y, más peligroso aún,
Vinicius Mond, que puede traernos la perdición por vía penal, ya que está perseguido por la CIA en varios estados de EE.UU., por la Interpol en buena parte de Europa y por la benemérita en las sierras de Teruel.
Con este desolador panorama temo que la conjura se vaya al carajo. ¿Qué pensará
San Bukowski de todo esto?